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…Por la noche Cuchita Lluch se encargaba de la intendencia y cenamos en Casa Benjamin. Yo no sé si alunicé o aluciné. Se trata de un espacio hermoso, lleno de referencias al pasado, con recovecos para la intimidad sin abandonar el bullicio; producto, producto, producto. Cristina Baixauli, su propietaria se desvivió explicando el proyecto a la comitiva. Viajamos sin el complejo de un hipertenso por el salazón mediterráneo, probamos sus novedosos encurtidos, el pulpo seco como nunca de rico, alcachofas confitadas, pulpitos guisados, erizos, madre de Dios. Del apartado de los caldos sólo diré que eran burbujas más finas y delicadas de lo normal. El primer capítulo terminó con foto en blanco y negro de los asistentes al estilo Intocables de Elliot Ness…

Pulpitos guisados

Gracias por dedicarnos estas líneas tan generosas, Paco.

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